Hace muchos años, cuando trabajaba como voluntario de
un hospital, conocí a una niñita llamada Liz que sufría de una extraña
enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse, era una transfusión de sangre
de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido a la misma enfermedad y había
desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.
El doctor explicó la situación al hermano de la niña,
y le preguntó si estaría dispuesto a darle su sangre. Yo lo vi dudar por un
momento, antes de tomar un gran suspiro y decir:
- “Sí. Lo haré si eso salva a Liz. Le voy a dar mi
sangre para que ella viva."
Mientras la transfusión se hacía, él estaba acostado
en una cama al lado de la de su hermana, muy sonriente. Mientras nosotros los
asistíamos, y veíamos regresar el color a las mejillas de la niña, de pronto el
pequeño se puso pálido y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó
con voz temblorosa:
- “¿A qué hora empezaré a morir?”
El niño no había comprendido al doctor, y pensaba que
tenía que darle toda su sangre a su hermana para que ella viviera, y creía que
él moriría... y aún así había aceptado.
asu muy interesante
ResponderBorrarhola !!!! q chevre esta tu blog es el mejor q he visto .. nah mentira jajaj
ResponderBorrarque malo casi me lo creo xD
Borraresta lindo...... buen detalle....tu puedes TRIUNFARR ....0__0
ResponderBorrarque lindo esta si que me hizo reflexionar!!!
ResponderBorrarme dio ganas de ser mejor cada dia
ResponderBorrarHISTORIAS PARA REFLEXIONAR.............BUENASA..!!
ResponderBorrarSi estuvieras en la situacion de los como le agradecerias a tu hermano su gesto de amor
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